jueves, 16 de agosto de 2007

No la invites a tu matrimonio...


Me refiero a la soberbia. La soberbia es capaz de hacer fisuras en la relación de una pareja que con el tiempo van creciendo hasta convertirse en grandes rupturas que pueden ser muy difíciles de reparar.

La soberbia es, diría un autor, el pecado que más estragos produce en el ser humano. El orgulloso es esclavo de su egoísmo, está ciego y sordo para todo lo que no sea él, quiere bastarse a sí mismo. Y en su locura llega hasta prescindir de Dios.

El matrimonio que quiera llegar hasta el final de la meta y encontrar la felicidad plena, debe luchar seriamente contra este vicio.

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