Si fuéramos como niños....

Seguramente tendríamos otra actitud ante los problemas de la vida si tuviéramos la confianza de un niño...

MAMÁ....¡Estoy enamorada!

Nunca pensé oír eso de una hija.....

Le dije -ven siéntate aquí-, quiero compartirte algo que leí alguna vez.....

"Por lo general todas las chiquillas se forman un ideal del compañero que elegirán y, cuando llega esa ocasión , amoldan ese ideal al individuo, queriendo encontrar en él lo que ellas soñaron. Pero, tristemente, el roce y el trato de los años van poco a poco quitando la venda de los ojos, y quedando sólo, no el retrato ideal , sino el real, o sea, las miserias humanas en toda su plenitud".

Por ello, debes observar y analizar al chico que te llama la atención, no con el corazón sino con la razón. Fíjate cómo se comporta en su misma familia...¿Respeta a sus padres?, ¿trata bien a sus hermanos o hermanas? ¿es trabajador en su casa y en la escuela?...

Así como trata hoy a su familia, así tratará a su familia futura.

Lo que nos hubiera gustado oír....

Muchas veces no pensamos los alcances de nuestras palabras...

¡La actitud del Éxito!

No cabe duda que la actitud es algo que debemos cultivar todos los días en nuestra familia....

Nuestros hijos son un libro en blanco...

...qué queremos escribir?

Podríamos pensar que mientras están jugando no se fijan en lo que pasa a su alrededor... sin embargo es peligroso dejarnos llevar por esta idea, los niños lo captan todo "lo respiran".

Hay una buena noticia para todos nosotros nunca es tarde para cambiar los ejemplos negativos que les podamos dar.

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¡Cuidado con las palabras!

Como madre de familia, he podido comprobar que TODO lo que decimos y hasta en el mismo tono, en algún momento lo escucharemos de los labios de nuestros hijos, ya sea dirigiéndose a nosotros, o a alguno de los hermanos.

A veces es difícil contener una mala respuesta, las mismas presiones que la vida diaria nos presenta nos hace sentir desesperación o un estado de ánimo poco favorable. Y si además sucede algún contratiempo con los niños, fácilmente podemos estallar y empezar a gritar y decir cosas de las que más tarde nos arrepentiremos.

Algunos dicen que las palabras se las lleva el viento. Yo pienso todo lo contrario... y peor aún en el caso de las palabras ofensivas y de los malos tratos. Esas palabras y acciones ya no las borramos con nada, quedan como tatuadas en la memoria de los hijos. En el futuro inmediato nos harán pasar vergüenzas cuando reaccionen negativamente con algún amigo, en la escuela o con un familiar. Y en el futuro más lejano, cuando ellos sean padres de familia, repetirán aquellos patrones que tuvieron en su infancia.

Hagamos pues un esfuerzo por contener ese primer impulso, que nos lleva a exagerar en las reacciones. Respiremos profundamente y tratemos de serenarnos. Quizá algo que podría ayudarnos es imaginar que ese pequeño que nos ha hecho una travesura o que ha tirado la leche en la mesa, no es nuestro, sino que nos lo ha encargado alguien muy querido por nosotros.

Hagamos ese intento de evitar la violencia por el bien de nuestros hijos y por su sano desarrollo psicológico... ellos y la sociedad nos lo agradecerán.

La importancia de los horarios en el Sueño Infantil

Retomando un poco el tema del sueño infantil, hay un aspecto muy relevante que no mencioné: lo importante que es la rutina para los niños. Eso les da muchísima seguridad a los bebés. Les hace sentir más estables el tener sus horarios para todo: para despertar, para una siesta, para bañarse, para sus comidas y para el sueño nocturno.

Si día con día llevamos un orden en todo lo anterior, y además marcamos para ellos una diferencia entre el día y la noche... nuestros hijos estarán más tranquilos y en consecuencia dormirán mejor.

Recuerdo que cuando nació mi primer hija encendíamos la lámpara si despertaba de madrugada para tomar leche. Mi esposo se levantaba de la cama y caminaba de un lado a otro de la habitación, y mientras yo la amamantaba platicábamos los dos. Cuando terminaba de comer, mi esposo la cargaba para sacarle el aire y después me la regresaba para que la arrullara. Por supuesto que después la niña no se podía dormir... se le espantaba el sueño con tanto alboroto. ¡Y en el día se la pasaba durmiendo! ¡Claro... estaba desvelada!

No podemos quejarnos de que nuestro bebé no duerme, si nosotros somos los culpables de ello. Además de hacerles sus horarios, debemos procurar que haya una diferencia muy marcada para ellos entre el día y la noche... y qué mejor diferencia que la oscuridad y el silencio por la noche, y el ruido y la luz natural en el día.

Hagan la prueba... se los dice una Mamá de 5.

El Sueño Infantil

Para evitar que el sueño infantil se vuelva un problema, es importante que acostumbremos a nuestros hijos a dormir en su cuna desde que son muy pequeños.

Como madre, comprendo que es cómodo amamantar al bebé acostada en la cama... pero eso a la larga traerá otro tipo de problemas. Los bebés son tan inteligentes y crecen tan rápido, que cuando menos lo pensamos ya están llenos de malas costumbres.

Por eso yo les recomendaría que trataran de evitar este hábito al máximo, sobre todo cuando el pequeño tenga más de 4 meses. Todavía a esta edad, ellos se acostumbrarán sin ningún problema, a dormir solos en su cuna, incluso en una recámara independiente a la de los padres, si esto fuera posible.